EL CLERO ROMANO “CARDINAL”, ELIGE AL OBISPO DE ROMA CON LA PLENITUD DE SU JURISDICCIÓN UNIVERSAL
La elección del Pontífice Romano (el Papa) no es un proceso democrático en el sentido secular, sino un acto canónico reservado al Colegio Cardenalicio, según las normas establecidas en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis (Juan Pablo II, 1996) y modificada posteriormente por el Papa Francisco.
¿Quién elige al Papa?
Electores: Solo los cardenales menores de 80 años (antes del cónclave) tienen derecho a votar.
Electores
- Históricamente, en la antigüedad, el clero romano y el pueblo aclamaban al nuevo Papa, pero desde el siglo XI (tras el decreto In Nomine Domine de Nicolás II, 1059), la elección quedó en manos de los cardenales.
- Hoy, ni los obispos sufragáneos, ni los presbíteros o diáconos de Roma participan directamente en la elección.
Proceso:
- El cónclave se celebra en la Capilla Sixtina, bajo estricto secreto.
- Se requiere una mayoría de 2/3 de los votos (o 2/3 en las primeras rondas y luego mayoría absoluta, según reformas de Francisco).
- El elegido debe aceptar y elegir un nombre pontifical.
¿Por qué no vota todo el clero romano?
- Razón histórica: Para evitar injerencias políticas, el sistema se restringió a los cardenales (originalmente los principales clérigos de Roma).
- Razón práctica: Sería inviable reunir a todos los obispos, sacerdotes y diáconos de la diócesis de Roma (que son miles).
¿Y el pueblo de Dios?
- El Papa es el Obispo de Roma, pero su jurisdicción universal viene por sucesión apostólica (no por delegación democrática).
- Tradicionalmente, el pueblo aclamaba al nuevo Papa, pero hoy su papel es simbólico (el famoso “Habemus Papam” desde el balcón de San Pedro).
¿Podría reformarse el sistema?
Teóricamente, sí, pues la elección papal es una ley eclesiástica, no dogma. Pero:
- Cualquier cambio requeriría una nueva Constitución Apostólica.
- Es improbable que se amplíe el electorado, por razones de orden y tradición.
Conclusiones
- La elección papal sigue siendo un acto jerárquico, no una consulta amplia.
- Aunque el Papa gobierna “en nombre de Cristo”, su elección es un proceso humano, sujeto a tensiones políticas y eclesiales.
- La Santa Sede no hace elecciones sólo para nombrar el nuevo “Pontifex Maximus” y el soberano de la Città del Vaticano.
- Es el clero romano “cardinal”, con sus obispos sufragáneos, sus presbíteros y sus diáconos el que va elegir el Obispo de Roma con la plenitud de su jurisdicción universal.
Mons. Jaume González-Agàpito