EL PENTATEUCO: EL DEUTERONOMIO

A parte de todo lo que hay que tener en cuenta en los cuatro ‘primeros’ libros de la ‘Torah’, en el Deuteronomio, aparecen, ademäs, dos problemas independientes en muchos aspectos: su datación y el resultado de un análisis crítico.

l. Fecha de composición  

  1. Ante todo, para fijar cronológicamente el Deuteronomio hay que tener presente el llamado « Libro de la Ley » de la reforma de Josías (2Re 22-23). Ya algunos Padres de la Iglesia, y más tarde Hobbes y Lessing, dijeron que el « Libro de la Ley » de Josías era precisamente el Deuteronomio, el escrito por Moisés. 
  2. En este asunto de la datación del Deuteronomio y para el mismo Pentateuco, es fundamental la aportación de Wilhelm Martin Leberecht de Wette en su « Beiträge zur Einleitung in das Alte Testament », 1806–1807) eco de su «  Dissertatio critico-exegetica » del año 1805: «El Deuteronomio es un libro diferente de los  otros del Pentateuco, y fue la obra de un autor reciente». Afirmaba que fue escrito mucho después de Moisés y poco antes de su hallazgo en el año 621 a.C. Esta afirmación fijaba un arco fijo y Con ello quedaba fijada una fecha fecha fija y absoluta para Deuteronomio y una referencia para los restantes libros del Pentateuco. 
  3. La aportación de de Wette hizo repensar la tradición sinagogal y eclesial, sustituyéndola por otra cronología del Pentateuco y de sus partes más racional e histórica. De Wette sostuvo que el Deuteronomio era obra «de un autor reciente» y que la fuente P era más antigua que el mismo Deuteronomio. La idea contraria de que P presupone Deuteronomio y por tanto es posterior, se defendió más tarde: Reuss, Graf, Kuenen y Wellhausen, 
  4. La tesis de Wilhelm Martin Leberecht de Wette, sin embargo, obtuvo una aprobación casi general, sobre todo cuando  que Eduard Karl August Riehm afirmó en « Die Gesetzgebung Moses im Lande Moab », del 1854, que el Deuteronomio  era de la segunda mitad del reinado de Manasés. Tampoco importaba considerarlo de origen judío o aceptar que pricedía del Reino del Norte y que fue hallado en Jerusalén sólo el año 621 a.C. 
  5. Pero algunos especialistas veteritestamentistas rechazaron la tesis de Wilhelm Martin Leberecht de Wette y se opusieron a separar el Deuteronomio del resto del Pentateuco. Sostenían, pues, su antigüedad. Otros, en cambio, lo atribuían a la época posexílica. El argumento decisivo de de Wette y de sus seguidores a favor de identificar el libro citado en 2Re 22-23 con el Deuteronomio consiste en que éste exige la centralización del culto y el relato de 2Re  22_23 cuenta con su realización. Oestreicher intentó quitar fuerza a este argumento negándole, tanto al relato como al Deuteronomio, la idea de la centralidad del culto en Jerusalén y considerando el « Libro de la Ley » hallado después o durante la reforma de Josías un libro muy antiguo, más amplio que el Deuteronomio, que contenía, por ejemplo, prescripciones de la « Ley de Santidad » (Lv 17-26).
  6. De igual manera, Lôhr, en sus Investigaciones sobre el Problema del Hexateuco, niega que la reforma de Josías fuera motivada por el « Libro de la Ley », que se encontró más tarde, y remonta este libro a Moisés o a su época. Los argumentos que aduce se basan sobre todo en el estudio crítico del contenido del Deuteronomio que contiene normas  antiguas, incluso antiquísimas.
  7. En la obra de Wilhelm Martin Leberecht de Welch son esencialmente las « razones de contenido » las que le llevan a situar la composición del Deuteronomio, libre de añadidos posteriores, en la época  de los primeros reyes, o incluso de los jueces, y a pensar que procede del Reino Norte. Aquí encontramos el consabido tropiezo ‘ideológico’ que quiere salvar la tradición contra la evidencia de la crítica. Y lis esfuerzos fueron muchos y esforzados: Para Brinker, el Deuteronomio fue escrito por Samuel para el santuario de Siquén; D. W. B. Robinson lo atribuye a Moisés y piensa que fue depositado en el templo de Jerusalén después de su construcción, luego cayó en el olvido y no se redescubrió hasta tiempos de Josías.
  8. Más prudente, Hôlscher y sus duscípulis, defienden que el Deuteronomio es del período exílico o posexílico: 1) le parece impensable que las prescripciones del Deuteronomio, tan utópicas, surgieran mientras existía el estado judío y es más lógico atribuir estas especulaciones a un período posterior, cuando los judíos no tenían un estado ni eran un pueblo independiente. 2) Otra razón se basa en que algunos pasajes de Jeremías y Ezequiel, posteriores a la reforma de Josías, presuponen serios abusos prohibidos por el Deuteronomio, que, según Hôlscher, deberían haberse suprimido en caso de que el  Deuteronomio hubiera existido durante la reforma de Josías.
  9. Las tesis de de Wette, han resistido los ataques que se les hicieron: cfr. los trabajos de Gressmann, Budde, Hans Schmidt, Bewer, Dahl y Patton , Baumgartner, Kõnig, Caussel e Irwin.

2. Análisis crítico del Deuteronomio

  1. En la actualidad existe acuerdo en que el « Libro de la Ley » que sirvió de base a la reforma de Josías, o que, al menos, fue utilizado por ella, se encuentra en la actual versión del Deuteronomio. Pero, se difiere no poco al delimitar el Deuteronomio primitivo (Urdeuteronomium), es decir, aquel « Libro de Normas » que reconoce que la ley de Josías no coincide con la Ley. del Deuteronomio actual. Según el relato de 2 Re 22-23, el mismo día en que la Ley la leyó el escriba Safán, quien luego la leyó al rey 8-10); da la impresión de que se trata de un libro relativamente bastante rnás breve que el Deuteronomio cc. 1-34; y su título, «Libro de la Ley» corto, (2Re 22,8) parece excluir las extensas secciones narrativas que contiene el actual Deuteronomio al principio (cc. 1-11) y al final (cc. 27-34). 
  2. Aunque estos argumentos no sean decisivos, son dignos de consideración, sobre todo teniendo en cuenta que el actual Deuteronomio contiene numerosos duplicados y muchas repeticiones incluso en la parte histórica, es decir, al comienzo y al final. Existe, pues, hoy, una tendencia  generalizada a suprimir del Deuteronomio primitivo gran parte del principio y de la conclusión del libro del Deuteronomio actual, o, incluso, se llega a querer eliminarlos por completo.
  3. Duplicados e incoherencias de todo tipo se dan no sólo en las partes narrativas del comienzo y del final (cfr. cc. 1-11; 27-34); también se advierten de continuo en la sección centra que contiene las leyes propiamente dichas (cfr. cc. 12-26) del Deuteronomio. Ell c. 12 advertimos está muy recargado; dos veces al menos se dice que las ofrendas deben hacerse en el único lugar elegido por Yahweh (cfr. 12,5-7 y 12,11-12), y también dos veces (12,15-17 y 12,20-25) se concede permiso para matar animales en cualquier lugar. También la sección 16,21-17,7, que contiene normas cultuales, en su contexto actual, está fuera de sitio ya que trata de cuestiones jurídicas.
  4. En las legislaciones antiguas no hay por qué buscar el orden y la disposición lógica de las nuestras, difícilmente pueden atribuirse semejantes incoherencias a un esbozo programático de la ley. Así es como cabe concebir el ‘primitivo’ Deuteronomio. Por consiguiente, el « Deuteronomio primitivo» no se ha conservado en su  estructura originaria, sino en una forma alterada, complicada y mezclada con relatos e historias. 
  5. Hasta aquí hay un acuerdo casi general. Pero, no lo hay a la hora de determinar la entidad del « Deuteronomio primitivo » y el origen de su estructura actual. Los intentos de solución pueden resunurse en dos grupos, aunque las fronteras entre ambos son muy tenues y cada grupo tiene múltiples presentaciones.
  6. Para unos, el Deuteronomio se fue formando con sucesivos añadidos al « Código de Josías » o a una versión más antigua del mismo. Es una «hipótesis suplementaria». Otros, en cambio, explican el libro actual del Deuteronomio como la fusión y ‘reedición’ de diversas versiones del « Deuteronomio primitivo », esta es una «hipótesis documentaria».
  7. Al primer grupo pertenece, Hempel: el « Libro de la Ley » de Josías era un antiguo reglamento del templo de Jerusalén, revisado en tiempos de Ezequías o Manasés , para obtener la centralización del culto, completado con normas sociales y con una introducción histórica. Hempel aplica, incluso al análisis del libro de Josías, una especie de «hipótesis documentaria». Esta idea la aplicó también a todo el Deuteronomio actual, que considera como una suma y compendio de diversas versiones del libro de Josías. 
  8. Horst descubre en una parte del Deuteronomio, concretamente en 12-18, un sustrato más antiguo, predeuteronómico, el decálogo de los «privilegios de Yahweh » e intenta demostrar que ese sustrato ha sufrido tres reelaboraciones y añadidos, el último de los cuales introdujo precisamente la idea de la centralización.
  9. Teniendo en cuenta la totalidad del Deuteronomio, Hõlscher defiende lque sólo está justificada la hipótesis suplementaria; dejando a un lado los fragmentos restantes, como complementos. Asigna las siguientes secciones al Deuteronomio primitivo: el núcleo en singular de los cc. 6-11 y luego 12,13-31; 13,2-18; 14,22-29; 15,1 -23 ;  16,1-15; 17,2-2024; 18,1-825; 19,1-20.26; 20,1-20; 21,1-23; 22,1-8.13-23,10-26; 24,1-22; 25,1-1227; 26,1-18; 28. Por lo demás, sólo akgunas de las secciones citadas pertenecen al Deuteronomio primitivo. Pero los criterios utilizados para extraer el núcleo básico es de orden puramente literario: «negativamente:,el estilo» y la falta de contradicciones internas; positivamente, el lenguaje.
  10. Los del segundo grupo coinciden en buscar la solución del enigma partiendo de que el Deuteronomio es la suma de dos o más versiones del « Deuteronomio primitivo ». A la hora de concretar, sus opiniones discrepan ampliamente. Se discute si hay que asignar al « Deuteronomio primitivo » una introducción histórica y un final con el anuncio de premios y castigos, y en caso afirmativo, qué secciones hay que tomar en consideración dentro de estos capítulos tan recargados (1-11; 27-34). Hay que concebirlo como un simple cuerpo de leyes que sólo podemos buscar dentro de los cc. 12-26. 
  11. Algunos intentan explicar la composición del Deuteronomio mediante cualquier tipo de «hipótesis documentarla». Steuernage , en diversos intentos,quiere explicar la forma actual del Deuteronomio considerándolo como la suma de diversas versiones del « Deuteronomio primitivo », que a su vez hay que entender como la combinación de diversos elementos (leyes de centralización, «sentencias sobre abominaciones», leyes dirigidas a los jueces, leyes dirigidas a los ancianos). Steuernage, igual que Staerk, siguió, al menos durante una época, el criterio de que se hable a Israel en singular o en plural; se habla de secciones «en singular» y «en plural». 
  12. Welhausen había aplicado la «hipótesis documentaria» al Deuteronomio de manera más sencilla. El Deuteronomio sería el resultado de la suma de dos ediciones del « Deuteronomio pritnitivo »: la pritnera abarca, el « Deuteronomio ptitnitivo » y no tenía ni introducción ni conclusión. Éstas las repartía limitándose a insinuar la divisiión del cuerpo A, en el optimismo de las anteriores generaciones con la investigación actual con cierta resignación en cuanto a la posibilidad de un análisis literario verdaderatnente esclarecedor del Deuteronomio. Los especialistas se contentan, corno NothJl, con afirmar que el « Deuteronomio primitivo » fue creciendo paulatinamente hasta convertirse en el Deuteronomio actual y renuncian a concretar la naturaleza, etapas y motivos de esta evolución.
  13. Von Rad se propuso superar esta situación de estancamiento en la investigación del Deuteronomio, completando el análisis literario con el método de la historia de las formas, igual que había hecho con el conjunto del Pentateuco. Sus estudios sobre el Deuteronomio defienden la relación del Deuteronomio con la época de Josías y consideran que lo típico del Deuteronomio consiste en interpretar de forma homilética y presentar en estilo parenético materiales más antiguos sobre normas cultuales. 
  14. Sin embargo, la curiosa sucesión de exhortaciones, leyes, obligaciones derivadas de la alianza y maldiciones, tal como aparecen en el Deuteronomio, procede de una antigua celebración litúrgica, la fiesta de la renovación de la alianza, que según von Rad se celebraba en Siquem. Con esto se abre la posibilidad de comprender de manera sintética las peculiaridades del Deuteronomio, o algunas de ellas, que antes se intentaban explicar exclusivamente con el análisis crítico de las secciones en cuestión. Quizás un estudio atento de la evolución de la fiesta aludida, junto con una profundización y una investigación sobre el « Libro de Ester » en su texto hebreo y en sus dos redacciones en griego ayudarán a entender el movimiento deuteronomista y el Deuteronomio en su relación con el Pentateuco.

Jaume González-Agàpito

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