PAPA FRANCISCO CONDENA, OTRA VEZ, A LOS CORRUPTORES DE MENORES Y A SUS ENCUBRIDORES

1. Hoy, a las 10,30, en la Sala Clementina del Vaticano, el Papa Francisco ha recibido la salutación navideña de la curia romana, por boca del cardenal Angelo Sodano.
Papa Francisco ha respondido que “este año, en el mundo turbulento, la barca de la Iglesia ha vivido y vive momentos de dificultad, y ha sido embestida por tormentas y huracanes. Pero que, la Esposa de Cristo continúa su peregrinación en medio de alegrías y aflicciones, en medio de éxitos y dificultades, externas e internas. Ciertamente, las dificultades internas siguen siendo siempre las más dolorosas y más destructivas”.

2. Papa Francisco ha concretado enseguida:
1. “Desde hace varios años, la Iglesia se está comprometiendo seriamente por erradicar el mal de los abusos, que grita la venganza del Señor, del Dios que nunca olvida el sufrimiento experimentado por muchos menores a causa de los clérigos y personas consagradas: abusos de poder, de conciencia y sexuales”.
2. “[…] Hoy hay muchos “ungidos del Señor”, hombres consagrados, que abusan de los débiles, valiéndose de su poder moral y de la persuasión. Cometen abominaciones y siguen ejerciendo su ministerio como si nada hubiera sucedido; no temen a Dios ni a su juicio, solo temen ser descubiertos y desenmascarados”.
3. “Ministros que desgarran el cuerpo de la Iglesia, causando escándalo y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de muchos de sus hermanos [..] sin pestañear, entran en la red de corrupción, traicionan a Dios, sus mandamientos, su propia vocación, la Iglesia, el pueblo de Dios y la confianza de los pequeños y de sus familiares. A menudo, detrás de su gran amabilidad, su labor impecable y su rostro angelical, ocultan descaradamente a un lobo atroz listo para devorar a las almas inocentes”.

3. En este contexto el Papa ha reiterado: “Está claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso”.
Esto es lo que mandó hacer Benedicto XVI y lo que propuso, en el Arzobispado de Barcelona, después de los desatinos de Jubany y su corte y de la negativa de Carles y sus acólitos episcopales, el Fiscal General de la Archidiócesis de Barcelona, cuando, desgraciadamente, San Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro del Vaticano, proponía a Marcial Maciel Degollado, a los presbíteros como modelo a imitar.

4. Para quienes criticaron radicalmente un artículo mío anterior sobre el mismo tema, el Papa Francisco ha dicho claramente hoy: “Es innegable que algunos responsables, en el pasado, por ligereza, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia […] o por superficialidad espiritual y humana han tratado muchos casos sin la debida seriedad y rapidez. Esto nunca debe volver a suceder. Esta es la elección y la decisión de toda la Iglesia. […] Me gustaría agradecer sinceramente a los trabajadores de los medios que han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a estos lobos y de dar voz a las víctimas. […] La Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad”.

5. Y el remate navideño de este tema que tanto aflige el corazón del Papa Francisco es este: “Y a los que abusan de los menores querría decirles: convertíos y entregaos a la justicia humana, y preparaos a la justicia divina, recordando las palabras de Cristo: «Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen una piedra de molino al cuello y lo arrojasen al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es inevitable que sucedan escándalos, ¡pero ay del hombre por el que viene el escándalo!» (Mt 18, 6-7).

Jaume González-Agàpito
21 de diciembre de 2018.

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