TRABAJOS Y ENSUEÑOS

  1. Hoy hemos cantado en gregoriano en las Visperas de la Liturgia de las Horas refornada por el Concilio Ecuménico Vaticano II:

“Sator princépsque témporum,
clarum diem labóribus
noctémque qui sopóribus
fixo distínguis órdine”.

Que en romance dice:

“Inventor y rey del tiempo,
que por un orden fijado, distingues
entre el claro día con los trabajos
y la noche con los ensueños”.

  1. Cuando los católicos de rito latino, distinguiremos, guiados por el creador y rey del tiempo, el claro día con sus trabajos, de la tétrica noche con sus oníricos ensueños?
  2. Un buen ejemplo “diurno” es SS. León XIV, Papa de Roma “sede plena”. Un mal ejemplo “nocturno” son los defensores de la eterna “sede vacante” que piensan que los más de 2.300 obispos del Concilio Vaticano II, hace 60 años, se equivocaron.

Mons. Jaume González-Agàpito

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