BARUCH SPINOZA Y EL JUDAÍSMO

1. En el “Tratado teológico-político” Baruch Spinoza luchaba contra 

  1. La intolerancia religiosa
  2. El radicalismo político institucional
  3. El fundamento bíblico. protestante y judío, de esas dos intolerancias.

2. El fundamento bíblico se basaba en que, en los Países Bajos, la Biblia era ”liber in quo totum continetur” y, como consecuencia, toda opinión en conflicto con las “Sagradas Escrituras” era temuda por falsa y peligrossa. 

3. Es por ello, que Baruch Spinoza continuó trabajando en su “gran sistema”, que, según él, debía llevar a los hombres por el camino de la verdadera virtud y la verdadera felicidad, pero, se dedivó también, activamente, a la exégesis bíblica y, consecuentemente, a la reflexión política para hacer posible, en una sociedad judía y cristiana, sometida a la Biblia, la difusión de su filosofía soteriológica y universal para el género humano.

4. Ello le valió la expulsión de la Sinagoga. Muerto su padre en 1654, no tuvo ya que mantener oculto su no adhesión religiosa que había ocultado  por respeto a la figura paterna. Entonces se vio implicado en un proceso con su hermanastra respecto de la herencia de su padre. En él, fue puesta en cuestión la ortodoxia de Spinoza. Los líderes de su sinagoga le ofrecieron una pensión de nueve mil florines si volvía al judaísmo ortodoxo; pero Spinoza no transigió y, el 27 de julio de 1656, la Congregación de Talmud Torá de Ámsterdam emitió una orden de cherem ( חרם): la prohibición, el rechazo, el ostracismo y la expulsión contra Baruch Spinoza. El anatema fue escrito en portugués originalmente. Spiniza tenía 23 años.

5. Fue sobre todo su principio exegético fundamental de que ”la Biblia tiene que leerse, entenderse y explicarse a partir de la Biblia misma”, lo revolucionario. Parra aquella época. Ello, quedó explicado en la, lenta y difícil, redacción del “Breve Tratado sobre Dios, el hombre y su bien”. Esa redacción se remonta a 1660-1661. 

6. El influjo del gran principio exegético de Spinoza será capital en los deístas ingleses y en los ’iluminados’ alemanes y franceses en los siglos XVIII y XIX, en los hegelianos, en Ludwig Andreas Feuerbach, en sus discípulos creadores del materialismo del socialismo real y en la severa crítica bíblica de lls siglos XIX y XX.

Pero, todo ello sin casi mencionar nunca a Baruch Spiniza. Lo descubrirán, los eruditos, ya bien entrado el siglo XIX.

Jaume González-Agàpito

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