LAS OBRAS DE BARUCH SPINOZA

  1. Baruch Spinoza publicó en vida sólo dos obras: los “Principios de la filisofía de Descartes” (Renati Des Cartes Principiorum Philosopbiae pars I et II) con, en el Apéndice, los “Pensamientos metafísicos” (Cogitata Metapbysica), en 1663, y el “Tratado teológico-político” (Tractatus theologicus-politicus), editado anónimo, y sin indicación de editor y de lugar de edición, en 1670.
  2. Es evidente que Renati Des Cartes Principiorum Philosopbiae y Cogitata Metapbysica no hubieran dado a Baruch Spinoza el renombre y la importancia que tiene en la Historia de la Filisofía occidental. Hubiera quedado como uno más de la inmensa cantidad de seguidores, influenciados u opositores del inventor del “cogito ergo sum”. En una carta a Oldenburg de 1665 Baruch Spinoza dirá que escribió el “Tratado teológico-político” para defender la libertad de pensamiento y de expresión. Eso sí que era una novedad en el siglo XVII y fue fundanental para el siglo XVIII y para el XIX. También dice en la carta, que era para rechazar la opinión que circulaba sobre él y que lo pintaba “como un ateo”. Incluso antes de la publicación de esta obra, la acusación de ateísmo ya había aparecido y, luego, se convertirá en la imagen ‘típica’ de Spinoza.
  3. Pero, en el “Tratado teológico-político” los obstáculos temidos quedan mejor identificados: la intolerancia religiosa y política y el fundamentalismo protestante y judío de esas intolerancias. El fundamento, se basaba en que, en los Países Bajos, la Biblia era ”liber in quo totum continetur” y, como consecuencia, toda opinión en conflicto con las “Sagradas Escrituras” era falsa. Así, mientras continuaba trabajando en su “gran sistema”, que, según él, debía llevar a los hombres por el camino de la verdadera virtud y la verdadera felicidad, Spinoza se dedicava activamente a la exégesis bíblica y, consecuentemente, a la reflexión política para hacer posible, en una sociedad judía y cristiana, sometida a la Biblua, la difusión de su filosofía soteriológica.
  4. Ello le valió la expulsión de la Sinagoga. Sobre todo su principio exegético fundamental de que ”la Biblia tiene que leerse, entenderse y explicarse a partir de la Biblia misma”, fue algo revolucionario. Todo ello, quedó explicado en la, lenta y difícil, redacción del “Breve Tratado sobre Dios, el hombre y su bien”. Esa redacción se remonta a 1660-1661. Durante mucho tiempo se ha mantenido que esta obra precedió al “Tratado sobre la enmienda del intelecto”, pero las buenas razones del análisis textual ha llevado a invertir la cronología y a la hipótesis de la precedencia del “Tratado sobre la enmienda del intelecto”. El influjo del gran principio exegético de Spinoza será capital en los deístas ingleses y en los ’iluminados’ akenanes y franceses en los siglos XVIII y XIX, en los hegelianos y en Ludwig Andreas Feuerbach, en sus discípulos creadores del materialismo del socialismo real y en la severa crítica bíblica de lls siglos XIX y XX.
  5. En el “Tratado sobre la enmienda del intelecto”, está claro que Spinoza considera la teoría del conocimiento y, luego, la metafísica, como los caminos obligados a desarrollar lo que más le importa, el camino que conduce a la felicidad humana. El propósito soteriológico de la filosofía spinociana explica algo en la gestación de la “Ética”, que emoezó a circular sólo entre sus pocos amigos íntimos que eran como un pequeño reducto de la filosofía espinoziana. La Ética de Spinoza quería ser el argumento racional y la razón vital de la filosofía spinizuana, que así nació y que ha persistifo.
  6. Ya a finales de 1662, Spinoza escribe una primera redacción de la primera parte de lo que se convertirá en su “Etica”, subdividida en tres partes. Después de 1670, Spinoza retoma la composición de la “Ética”, dándole la estructura actual: dividida en cinco partes, y, en 1675, terminó la obra. Todas las tesis del “Breve Tratado sobre Dios, el hombre y su bien” se toman, a veces modificadas, y se colocan según un orden demostrativo modelado sobre el geométrico. Spinoza renuncia a publicar la “Ética” para evitar involucrarse en polémicas teológicas. A su muerte, el texto es traducido al neerlandés por sus amigos. El original latino, con el título “Ethica orden geométrico demostrado”, y la versión neerlandesa se publican respectivamente en las “obras postumas”, editadas sin mencionar ni el editor ni lugar de la edición y con las únicas iniciales del autor en los Nagelate Schriften. Ambas colecciones aparecen en el mismo año de la muerte de Spinoza, en 1677.
  7. Lo que es claro es el fin práctico de la “Ética”: la búsqueda del bien supremo subordinada tanto a la metafísica como a la teoría del conocimiento y, ahora, a la teoría de los afectos, son su objeto. A diferencia del “Tratado sobre la enmienda del intelecto”, Spinoza sumerge, en él, al lector directamente en los conocimientos que tienen por objeto a Dios y a la naturaleza, y que constituyen, luego, el tema del primer libro de la “Ética”.
  8. Spinoza había abandonado la redacción del “Tratado sobre la enmienda del intelecto” (Tractatus de intellectus emendatione), sue había comenzado entre 1656-1657. Se trataba de un escrito de carácter metodológico, parecido al “Discurso sobre el método” de Descartes. También el “Tratado sobre la Enmienda del Intelecto” se abre con un relato autobiográfico de la insatisfacción que ha experimentado el autor para emprender un nuevo camino. Descartes tomó el del fracaso de todos sus conocimientos previos, en comparación con el tarea de fundar una ciencia verdadera e indudable. Spinoza, insatisfecho con todo lo que comúnmente era considerado el verdadero bien, propone el camino de la reforma del intelecto para identificar un bien realmente bueno. Un bien antropológicanente soteriológico y universal.
  9. Ese análisis spinoziano del conocimiento es la herramienta de un programa de regeneración moral de la humanidad. Se trazan las directrices de la filosofía de Spinoza: su meditación estará fuertemente orientada a un propósito práctico, detectar el mayor bien y educar a la humanidad. Esa es una importante parte ’pedagógica’ de la filisofía spinoziana que precede e influencia a intencionalidad pedagógica de dos novelas: una de Rousseau y otra de Voltaire.
  10. En el “Tratado sobre la enmienda del intelecto”, Spinoza establece algunas ‘doctrinas’ que, aunque las midificará luego, serán muy significativas en los escritos sucesivos, constituirán los puntos de referencia en su teoría del conocimiento. El “Tratado sobre la emienda del Intelecto” queda sin terminar, y el siguiente escrito, el “Breve Tratado sobre Dios, el hombre y su bien” (Korte Verhandeling van God, de Mensch en deszelvs Welstand), sudividido en dos partes, puede considerarse una primera exposición completa de todo el sistema spinizuano, a pesar de presentar pistas de herencia cartesiana y, en las pruebas de la existencia de Dios, revelar una cierta atmósfera platónica en una especie de misticismo filosófico.
  11. El ”Tratado teológico-político” tiene como objetivo eliminar los obstáculos para la consecución del objetivo establecido ya en el “Tratado sobre la enmienda del intelecto”, el de fomentar la investigación filosófica para permitir a la mayoría de los hombres perseguir el ideal del conocimiento y así vivir en paz una vida verdaderamente virtuosa, aquella a la que sólo los verdaderos sabios pueden aspirar. Ese precisamente será el objetivo primordial de la Ilustración y el propósito de los políticos ilustrados. La parte ’teológica’ del “Tratado teológico-político” de Spinoza no serà recibids, pero será la causa de no pocos de los problemas de las democracias ’reales’ de los siglos XIX-XXI.

Jaume González-Agàpito

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