HISTÓRIA CRÍTICA DE LA CRÍTICA HISTÓRICA DE LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO: LOS DEISTAS INGLESES Y LOCKE

  1. La investigación histórica sobre los orígenes del cristianismo empieza con los deístas ingleses. Los deístas eran filósofos, y no historiadores profesionales, pero fue precisamente este aparente inconveniente lo que les permitió dar el primer empujón al estudio histórico de Jesús y del cristianismo primitivo, por la dificultad de que la Europa cristiana no podía someter a la crítica por un interés meramente histórico, sus libros sagrados, los hechos de la historia de la salvación y la persona de Jesucristo.
  2. Hacia falta que una nueva concepción filosófico – religiosa contrapuesta a la antigua, se esforzara por encontrar en los escritos del Nuevo Testamento y de la primera historia cristiana las pruebas de sus aserciones. Para ello había que leer aquellos escritos con otra mirada diversa de la dogmática tradicional, fuera protestante o católica. Las tres grandes confesiones cristianas, habían, pese a sus múltiples divergencias, estado de acuerdo, hasta entonces en dos hechos fundamentales: la revelación y la inspiración de los libros sagrados y, algo que era muy importante y fundamentaba el uso teológico de la escritura en la teología académica: la uniformidad doctrinal dentro del Nuevo Testamento, la continuidad y el acuerdo absoluto entre Jesús y los apóstoles, la aceptación literal e integral de cuanto en el Nuevo testamento se decía. Los protestantes habían avanzado algo en la duda de todo ello respecto a ortodoxos y católicos, pero poco.
  3. Los Deístas ingleses presentaban un nuevo concepto de revelación, para fundamentar un nuevo concepto de religión. Lo forjó Spinoza. Pero ahora encontramos a los deístas ingleses propugnar un nuevo concepto de la Revelación, según el cual revelación y razón, ley religiosa y ley moral de la naturaleza venían a ser algo único. Era también este un presupuesto dogmático y un presupuesto de los menos aptos para asir la esencia de la predicación de Jesús, del cristianismo primitivo, de los escritos neotestamentarios. Pero los deístas ingleses tuvieron la suficiente clarividencia para darse cuenta de que el material neotestamentario no se adaptaba en bloque a sus tesis; y se vieron forzados a realizar con él un trabajo de crítica y de selección que, en su finalidad, era antihistórico, pero en los instrumentos usados y en las perspectivas propias abría el camino a la investigación histórica propiamente dicha.
  4. Así Locke en su Essay for the Understanding of St. Paul’s Epistles by consulting St. Paul himsel1, que en realidad es una paráfrasis anotada de algunas epístolas paulinas, puso el principio de que San Pablo había que interpretarlo a partir de San Pablo mismo, de acuerdo con su uso lingüístico específico y así asir el sentido del texto, en lugar de hacerlo jirones y usarlo sólo como prueba dogmática. Había que leer e interpretar en su conjunto el texto paulino, y a partir de sus puntos de vista. Con ello, se había encontrado el fundamento de la exégesis histórico-crítica. Wettstein se referirá más tarde a Locke como a su maestro y Giovanni Augusto Ernesti confesará haber aprendido de él el recto método exegético[2]
  5. Fue también Locke en su Reasonableness of Christianity as delivered in the Scriptures3, quien tuvo la ocurrencia de separar, para llegar al verdadero contenido del cristianismo, los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles por una parte, y las epístolas neotestamentarias por la otra. La finalidad y los criterios de esta distinción eran de carácter racionalista, más que histórico-críticos. Pero algo muy importante había ocurrido como consecuencia de ello: el descubrimiento y la afirmación de la distinción, en el mismo Nuevo Testamento y en el cristianismo primitivo, de estrados diversos y diversas corrientes. Esta distinción desarrollada por John Toland, en su Nazarenus, or Jewish, Gentile and Mahometan Christianity llevó a otra conclusión trascendental: la distinción entre judeocristianos y pagano cristianos. Y más todavía, osó el autor: identificar los primeros cristianos con los herejes nazarenos y ebionitas; aunque él mismo anuló en gran parte el valor de su descubrimiento al considerar a los dos tipos de cristianismo coexistentes pacíficamente el uno al lado del otro pacíficamente. De esta forma, afirmaba que la doctrina de Jacobo (Santiago) era fundamentalmente la misma que la de Pablo, aunque se diversificaran por dirigirse a clases sociales diversas de fieles.

Jaume González-Agàpito

[1]. Cfr. edición de sus obras completas (London, 1823ss.), vol. 7.
[2]. Era realmente un punto de partida importante. Era también el inicio q del camino racionalista que ha dominado la exégesis protestante y, ahora, la católica. Era, en una palabra abandonar la lectura espiritual (pneumatike) de la Sagrada Escritura, clave para su comprensión más profunda.
[3]. Cfr. la edición de London, 1823ss. ya citada, vol. 6.

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